Crivelli admitió su falla en un gol con Alumni. Dijo que en el nonagonal no hay margen de error para Talleres. “Llega la hora de la verdad y debemos prepararnos”, dijo.

“En las buenas y en las malas mucho más”, es uno de los cánticos que entonan los hinchas, en demostración de apoyo al equipo cuando pierde. Pocas veces suceden episodios donde en las “malas” aparezcan los estímulos. Sin embargo, eso vivió Federico Crivelli, arquero de Talleres, cuando desde 30 metros, el delantero de Alumni Carlos Herrera, le metió un gol, bajo su responsabilidad, ya que se le escapó el balón de las manos. La gente, lejos de insultarlo o silbarlo, le devolvió un aplauso afectuoso. “Fue una sensación muy rara. La verdad, nunca me había pasado. Me comí varios goles tontos, en Temperley también, pero nunca me pasó que me apoyaran de esa forma. Talleres tiene esas cosas. Le estoy muy agradecido a los hinchas por tanto cariño”, confesó a LA MAÑANA.

-¿Qué análisis hacés de tu nivel?
-Estoy conforme. El apoyo de la gente así me lo refleja. Venía haciendo un buen partido pero se escapó esa pelota y me quería matar. Ningún arquero está exento de esto. Ese error no va a tirar abajo todo lo bueno que vengo haciendo en el campeonato.

-En el arquero, esos errores se penalizan más...
-Sí, soy consciente de eso, porque una equivocación es gol y quedamos expuestos. Muchas veces esas pelotas definen los partidos. Es distinto al delantero, que te podés errar tres goles pero no queda tan marcado como cuando a los arqueros nos pasa lo mismo. Es un puesto ingrato y tenemos que aceptarlo. Pero la verdad que la gente me haya ovacionado cuando hice las cosas mal, me da un estímulo y un compromiso mayor.

-¿Da un poco de alivio haber logrado la clasificación antes del final?
-Un poco, casi nada diría yo porque ya se nos viene encima la etapa final, donde no hay margen de error. Todos los equipos están afilados y no podemos ceder terreno. No es tiempo para macanas. De todas maneras, seguimos aprendiendo, superando nerviosismos, no hay que tener miedo.

-¿Cómo se preparan para no llegar relajados a la instancia clave?
-Sería un error. Parece una frase hecha, pero tenemos que ir partido a partido. Ahora muchos compañeros van a mostrarse y tenemos que estar en el mejor nivel de competencia. Llega la hora de la verdad y debemos prepararnos. No hay lugar para más errores.

Federico Crivelli es el único jugador de Talleres con asistencia perfecta en los 26 partidos. Recibió 32 goles y atajó dos penales (ambos a Sportivo Belgrano de San Francisco).

“Es lindo cuando te ovacionan en las buenas, cuando te atajás todas. Pero tiene más sabor escuchar cuando corean tu nombre después de un error. Denota que algo bueno venís entregando en cancha”. Federico Crivelli