En la semana se había generado una polémica por la cantidad de entradas asignadas a Talleres, pero el operativo policial y la actitud de los simpatizantes permitió que la jornada se desarrollara dentro de los límites esperables para una jornada deportiva de la importancia de la que se produjo ayer en San Francisco. Aunque vale destacar que se superó holgadamente la cantidad de 5 mil espectadores que se había indicado como la que fue autorizada para el estadio “Oscar C. Boero”.

La Policía agrupó a los hinchas de la “T” en el predio de una agrupación gaucha, en el acceso oeste a la ciudad, donde los hinchas almorzaron y cerca de las 14 comenzaron a trasladarse al estadio de barrio Alberione.

El ingreso fue tranquilo y se generó el folclórico intercambio de cánticos entre las parcialidades. Los únicos incidentes dignos de destacarse fueron la rotura de un parante del alambrado que separaba la platea visitante del campo de juego, que fue rápidamente solucionado. En la cabecera que le asignaron a Talleres, dio la impresión de que había más de los mil lugares que se había anunciado desde la dirigencia.

Granero insultado. Hubo unánimes insultos hacia la figura de Carlos Granero, ex gerenciador de Talleres y quien también supo manejar los destinos de Sportivo. Granero participó de la ceremonia de inauguración de la tribuna. Finalmente, cuando Sportivo se puso en ventaja, promediando el segundo tiempo hubo un intento de romper parte del alambrado detrás del arco que defendía Crivelli, pero el incidente no pasó a mayores. Fuentes policiales confirmaron que la desconcentración se hizo de forma normal.