Julio Ferreyra, “Juancito” Chávez y Lorenzo Coronel, médico, utilero y masajista de Talleres, vivieron sus inicios en Racing. En la previa del clásico del domingo recuerdan sus vivencias.

Sensaciones encontradas, es la frase más recurrente para graficar lo que sentirán el domingo el médico Julio Ferreyra, el masajista Lorenzo Coronel y “Juancito” Chávez, integrantes del cuerpo técnico de Talleres. Es que enfrente estará Racing, club en el que los tres protagonistas vivieron los orígenes de sus vastas trayectorias. En la previa de un nuevo clásico, rememoraron con LA MAÑANA sus épocas en el club de Nueva Italia, los momentos gratos y sus “compinches” en cada equipo.

Medicina decana. “En Racing aprendí a ser médico del deporte. Fueron los jugadores y los técnicos quienes me fueron enseñando a diagnosticar y a recuperar lesionados con otros métodos diferentes. No me olvido del “Coco” (Alfio) Basile, siempre fue un adelantado”, expresó Ferreyra, quien desde 1977 se mantiene vigente en la profesión. “En Talleres pude aplicar otros conceptos, como el hecho de jugar en la altura de México, en la Copa Libertadores, y poder indicar las alimentaciones y las rehabilitaciones para ayudar a soportarla. Afortunadamente, ningún jugador tuvo problemas”. Sobre las anécdotas que más recuerda, destaca el viaje a Corea del Sur con “la Academia” y los viajes por todo el continente con el club albiazul. “Fue difícil en Corea poder adaptar la alimentación. La Embajada argentina nos daba pollos asados, si no, sobrevivíamos a base de huevos, ensaladas y carne. Y eso que después no enteramos que a veces comimos pollo y pescado crudo. Al menos, salimos campeones”, recordó. “En Talleres, el hecho de pisar el estadio Azteca donde (Diego) Maradona nos sacó campeones, me hizo lagrimear. Tuve una gran relación con Juan José López, con Roberto Saporiti y José Ramos Delgado”, agregó. El prestigioso facultativo completó con “los mejores jugadores que vi fueron Roberto Gasparini y Diego Garay. Talleres y Racing son dos clubes que respeto y quiero muchísimo”.

Pequeño ayudante. “Juancito” llegó desde Orán (Salta) a los 12 años a Racing para ser un “multiuso”. Fue albañil, lavandero, canchero, y se recibió de utilero. Por su pequeño tamaño, siempre se ganó, a base de su simpatía, un lugar en el corazón de cada plantel. “No tenía donde vivir. En Racing ayudé a construir los asientos de la platea baja. Dormía en un aula de la escuela, y después en el vestuario. Hacía menos frío ahí. Me tapaba con una bandera que la barra dejaba escondida en las tribunas”, recordó. “En Talleres tengo mi pieza en el gimnasio Juan Pelatto”, exclamó “Juancito”, quien además contó una linda anécdota: “Raúl Aramayo y Pascual Noriega eran mis tutores, me firmaban la libreta del colegio. Me decían que era un hijo adoptado”. El salteño destacó a Julián Maidana y a Daniel Albornoz como los más “jodones”. “No se cansaban nunca de hacer bromas, sobre todo la “Chanchita”, terminó.

En sus manos. Coronel es el más “nuevito”. Llegó en 2007 a Talleres, tras muchos años en Racing y fue el más difícil de hacer hablar. “(Federico) Lussenhoff fue siempre un señor, (Julián) Maidana también. En Racing tengo dos ascensos, y en Talleres, desde que llegué me hicieron sentir uno más. (Víctor) López me quiso llevar a Arsenal, pero no me arrepiento de haber venido a Talleres”, sostuvo.

Lorenzo Coronel (51 años). Fue masajista de Racing desde 1987 al 2007. Hace tres años que está en Talleres, en reemplazo de otro ex académico: el extinto Miguel Cañete.

“Juancito” Chávez (42 años). Fue utilero de Racing desde 1981 al 99’. Lo llamó a trabajar otro ex empleado del albiceleste: Humberto “Figura” Román, quien se alejó en 2009.

Julio Ferreyra (58 años). Fue médico de Racing desde 1977 al ‘89 y tuvo dos ciclos en Talleres: del ’91 al 94 y desde 1999 a la actualidad.