Emiliano Gianunzio fue el jugador más regular de Talleres en la Copa de Invierno. Como encargado de la contención, destaca el sacrificio grupal y habló de su rol: “No estoy para hacer jugadas vistosas, sí el trabajo silencioso”, contó el volante

Pese a todas las variantes que tiene Talleres en el mediocampo, el círculo central parece tener dueño, en materia de contención: Emiliano Gianunzio. Es incansable. Un verdadero “pac-man” en la zona media, donde los rivales tiene que sortear sus asedios constantes si quieren sobrevivir y llegar con la pelota en campo ajeno. En los tres partidos del albiazul en la Copa Córdoba, fue el más regular de todo el equipo. “La verdad me sentí bien pero no a pleno, creo que todavía necesito un poco más de rodaje”, dijo el “Polaco” a LA MAÑANA, aunque por la forma que corrió en los tres encuentros, no se pudo apreciar esa ausencia de estado físico a la que él humildemente se refiere.

Juvenil de Selección. Gianunzio tiene 28 años, y cuenta con experiencia en las convocatorias del ex entrenador de selecciones nacionales juveniles José Pekerman. Su historia quedó en la preselección, tras una expulsión sufrida en un certamen preparatorio Sub-20 en Ecuador 2001. En ese equipo brillaban Nicolás Medina, Mauro Rosales, Fabricio Coloccini y Nicolás Burdisso, quienes después se consagraron campeones en el Mundial de la categoría ese mismo año, celebrado en nuestro país. “Fue una linda experiencia, haber compartido cancha y vestuario con grandes futbolistas que después tuvieron alcance mundial”, confesó Gianunzio.

De abajo. De Lanús, club donde debutó en Primera División (apenas jugó seis partidos), pasó por equipos de la B Metropolitana y de la C, como San Miguel, Temperley y Excursionistas. “Son torneos durísimos. Hay que meter más de la cuenta, porque jugar no siempre es fácil. Creo que por eso me voy a acostumbrar rápido a jugar en el Argentino A. Ese es mi deseo”, contó el volante central, quien después pasó a filas de Guaraní de Paraguay, Juventud Unida de San Luis, Aldosivi, y de ahí recaló en barrio Jardín.

Equilibrio. “(Héctor) Arzubialde me pide que haga los relevos y que me acople a la defensa. La intención es dejarle más libertad a los demás volantes para que se sumen al ataque. Yo no estoy para hacer jugadas vistosas, tengo que hacer el trabajo silencioso”, expresó el “Polaco”.

Compromiso. “Talleres tiene muchos nombres importantes. Hay una sana competencia en este equipo. Cualquiera puede ser titular. Tanto Miguel (Monay), como (Sebastián) Navarro o Fabio (Pieters) tienen calidad de sobra para estar en el equipo. Lo importante es la convivencia. Tenemos calidad humana y de equipo también”, confesó Gianunzio.

Reconocimiento. En varios pasajes del partido ante Racing, el público albiazul lo ovacionó con aplausos, en respuesta de su entrega en cancha. “A uno le pone contento que le reconozcan el sacrificio. Es lindo ser valorado. Vamos por la buena senda. Falta mucho para el inicio del torneo y creo que vamos a llegar en buenas condiciones. Le queremos dar una alegría a la gente de Talleres, y sabemos que hay que superar la presión de ascender como sea. Creo que estamos preparados para ese desafío”, cerró diciendo Gianunzio, equilibrado en su discurso como en su juego.

¿Dónde será local Talleres? En caso de que las obras de remodelación en el Estadio Córdoba necesiten utilizar las dos cabeceras en simultáneo, el Fondo de Inversión ya planea con el Cosedepro jugar en barrio Jardín. Incluso se habló de colocar tubulares.