Darío González es figura en Santamarina de Tandil, el rival de la T este domingo. La Vizcacha ya siente el nerviosismo.

Pasó mucho tiempo. Por eso dice: “No sabés, hace un montón que no me llaman desde Córdoba para una nota”. Y sí, no es menor su momento. Porque su actual equipo, Santamarina de Tandil, tuvo un arranque arrollador en el Pentagonal que comparte con Talleres. Su ex equipo, el Matador, su corazón, su sangre, sus tatuajes. Su vida ha sido Talleres y hoy, Darío González, se encuentra parado en la vereda opuesta a la de barrio Jardín. La Vizcacha explotó allá por 2004, después del descenso a la B Nacional. Desde su venta al Pachuca de México, mucha agua pasó bajo el puente (Argentinos, Instituto, Gimnasia de Jujuy, Atlético de Rafaela o Juventud Antoniana) y su destino de héroe no fue tal.

Apenas terminó recalando en Santamarina de Tandil (donde también juega otro ex de la T, Emanuel Giménez), un club demasiado humilde (pagaron febrero recién y casi no tienen elementos indispensables para entrenamiento). El equipo que hoy trata de hacer pie en el reducido, pensando en un sueño y arrancó con todo tras golear 4-1 a Huracán de Tres Arroyos. Y Darío González fue la gran figura con tres asistencias y un gol. Ahora, le toca la prueba de fuego en la segunda fecha, frente al club que más ama, Talleres, este domingo por la mañana. “Estoy acá peleándola, si bien estamos ahí cerca es un club muy amateur con muchas necesidades. Y ahora me tocan las cargadas de mis amigos. Cuando salieron las zonas me explotó el celular. Amigos, parientes y conocidos me volvieron loco. Ni te cuento ahora, cuando ya estamos por viajar allá (esta noche)”, le dijo la Vizcacha a Día a Día.

Darío cumplió 25 años el domingo pasado. Mantiene sus sueños de volver algún día a Talleres, pero hoy se debe a Santamarina, donde sus propios compañeros ya empezaron a volverlo loco.

“Yo nunca voy a dejar de ser hincha de Talleres. Todos acá saben que soy hincha de Talleres y hasta algunos compañeros míos los hice hinchas de Talleres, jeje. Me dicen: ‘No van a ir para atrás ustedes’. Pero se sufrirá también si nos toca ganarles. Yo voy a hacer la mía también”, expresó.

Otro de los temas inevitables es la reacción y relación con el público de la T: “Siempre quise volver a Talleres, no sé si se enojaron por lo de Instituto, pero saben que estoy con la T. Ah, mis viejos van a ir a la cancha y ya me dijeron (Adela y Jorge) que van ir a la cancha del lado de Talleres. Yo, a la hora de mi trabajo, trato de hacer lo mejor para mí. Ojalá que la gente se acuerden bien de mí. Me fui bien de Talleres, por la puerta de adelante y ojalá algún día pueda volver”.

González dijo que siente algo de nerviosismo y que lo nota mucho en algunos de sus compañeros. “Acá, no saben lo que es jugar contra mucha gente. Y matate que el domingo va a haber más de 30 mil personas en la cancha”, finalizó.