Talleres despertó sobre el final, pero no le alcanzó para llegar a la igualdad y terminó cayendo 1 a 0 ante Libertad. La reacción no fue suficiente, y el relax del equipo es una señal de alerta de cara a la fase final del Argentino A.

Sunchales. Especial.- Sin dudas, Talleres ya está mentalizado en el Pentagonal final. Allí empieza el verdadero torneo, es la hora de la verdad. A ganar o morir, el elenco albiazul peleará mano a mano por el pasaje a las semifinales del Argentino A y el ascenso a la B Nacional. Pero si repite las desatenciones y la excesiva confianza que mostró ayer en Sunchales, donde Libertad lo derrotó 1-0, las mismas que lo hicieron pagar el fin de semana anterior ante Central Córdoba de Santiago del Estero en el Estadio Córdoba, las garantías de un desempeño óptimo para esa etapa crucial se acortan considerablemente.

Ya clasificado y todo, Talleres salió a la cancha sin querer tropezar de nuevo con la misma piedra. Desde el vestuario, con una envidiable concentración, ya a los 50 segundos Adrián Aranda cabeceó una pelota que se estrelló en el palo. Nunca quiso confiarse, siempre propuso y esa fue la premisa. Sin embargo, poco le duró esa actitud. Porque con el correr del tiempo, fue Libertad el que tomó la posta, con la obligación de sumar para ilusionarse con el pasaporte a la fase decisiva. El local aproximó peligro a la valla de Matías Giordano, dominó las acciones aunque sufrió anemia en la red. Inconscientemente, el visitante se relajó, le cedió la pelota al rival, pero la etapa culminó, y nadie terminó lastimado.

El complemento terminó por desdibujar la imagen de los conducidos por Andrés Rebottaro, porque a pesar de las ausencias de algunos intérpretes, quedó en evidencia que la cabeza y la concentración está centrada en el Reducido. No es que regaló los puntos, pero expuso pocas herramientas para evitar la caída. A los 12 minutos, una gran jugada por izquierda de Víctor Cejas posibilitó la apertura del marcador, ya que posteriormente habilitó para el medio a Maximiliano Antonelli, quien casi en soledad, ante el estaticismo de la última línea de Talleres, puso el 1-0.

Es verdad que los de barrio Jardín fueron casi a los atropellos en busca de la paridad. Ingresó Agustín Díaz para arriesgar más y defender con tres hombres. Y si la jueza Estela Alvarez de Olivera no ignoraba un penal claro sobre Díaz, el resultado hubiera sido otro. Pero de todos modos, la reacción llegó después de un bofetazo. Fue necesario un golpe para despertar. Esa es la arista que debe mejorar el albiazul, porque en el Pentagonal, los errores se pagan y duelen mucho más que la derrota que sufrió ayer en Sunchales. Pese a que no cambia nada, es una señal de alerta.

• 1 punto sacó Talleres de los últimos seis disputados. Central Córdoba de Santiago del Estero le empató sobre la hora en la fecha pasada y ayer lo batió Libertad.