Leandro Requena volverá a ser el arquero titular. “Ya empecé a vivir el partido y ojalá la gente se vaya festejando “, dijo.

La vida es ese pedazo de tiempo que merece ser vivido. A pesar de los malos momentos que duelen en el alma, siempre hay un instante para volver a reír. Ello le ocurrirá a Leando Requena, que mañana será el dueño del arco de Talleres. Le brillan los ojos. Levanta la cabeza y mira la popular del autotrol. Se emociona y en silencio recuerda cuando desde la norte gritaba “Cuenca, Cuenca”. Pero las vueltas de la vida, harán que ahora sea el quien reciba el apoyo de la hinchada, detrás del arco que deseó toda la vida.

“La verdad que es muy lindo caminar hacia el arco. Ver todas estas tribunas y sus inmensidades. Recuerdo que debuté en el Estadio Córdoba, en un partido que perdimos 2-1 con San Martín de San Juan”, arranca, conmovido el arquero de 22 años. “Las ganas de volver a jugar siempre han estado, aportando mucho sacrificio para entrenar y viajar todos los días, y ahora se me da”. Después de ver cuando Matías Giordano era amonestado contra Unión de Sunchales, Requena empezó a mentalizarse de cara al clásico: “Supe que tenía que estar preparado lo mejor posible para rendirle al equipo y lograr el triunfo, aunque se que este puesto es muy ingrato porque por ahí sacas todas las pelotas y se te escapa un centro que termina en gol y sos el peor del mundo, lo importante es estar fuerte de la cabeza y saber que el fútbol te da revancha”, sostiene el arquero que admira como ataja el italiano Buffon. “Yo quiero ser el 1 de Talleres. Tengo tantas ganas y deseo que se suman porque soy hincha de Talleres”, dispara convencido, y recuerda a jugadores en su puesto de quienes aprendió: “Tuve la suerte de tener al lado a un arquero de selección como Diego Pozzo y creo que a mi me servio muchisimo, Mario Cuenca me marcó muchísimo”, agrega el 1.

Leandro tuvo que pelearla siempre desde abajo y cuando la historia venía brava, su familia fue el sostén: “Cuando entre a la cancha me voy acordar de mi familia y mi novia, del esfuerzo que hicieron durante tanto tiempo, tuve momentos de mucha angustia y ellos fueron los pilares para que no aflojara”, dice emocionado Lea. “Ya empecé a vivir el partido. Lo imagino en mi cabeza, eso es parte de la concentración que tiene un jugador”, agregó.

Requena la sufrió. Contemplando el arco, sabe que jugar es todo para él y tal vez tararee eso de:“Seguro que al rato estaré volando, inventando otra esperanza para volver a vivir”.

Esperándolo a Tito para que confirme los suyos. 24 horas faltan para el clásico. Crecen las ansiedades y se multiplican las expectativas. El hincha quiere saber quienes serán los suyos para jugarle a Racing, pero el técnico Andrés Rebottaro, que cambia el sistema (4-3-1-2) no confirmó los 11, aunque ayer en la práctica formal de fútbol empezó a dar serios indicios.

Con el arquero Matías Giordano y el volante Sebastían Navarro suspendidos por llegar a cinco tarjetas amarillas, el DT dispuso los ingresos de Leandro Requena y Edgardo Galíndez respectivamente. En consecuencia, la inclusión de Galíndez, que jugaría marcando punta por izquierda, le permite al DT cambiar el sistema táctico que empleó el miércoles pasado, en la victoria por 3 a 1 ante Unión de Sunchales. Tito vuelve a utilizar el 4-3-1-2, con Miguel Monay como único volante central, y permitiéndole a los volantes por afuera, tanto a Julio Bufarrini como Mateo Martinelli no tener que estar tan pendientes de la marca.

Calentando motores. El equipo titular se impuso 1-0 sobre los suplentes. El gol fue convertido por Ramiro Pereyra, que definió fuerte y al medio, para finalizar una buena jugada colectiva por derecha. El ensayo, duró 40 minutos, en los cuales Rebottaro dispuso los cambios de Emanuel Céliz por Galíndez y Cristian Basulado por el Colorado Lussenhoff. Aunque expresó que confirmará recién el domingo al equipo titular, todos los indicios indican que Tito no tiene dudas, de cara al encuentro con Racing, mañana a las 18.Hoy, a moverse. Talleres volverá a entrenarse hoy en la Boutique de Barrio Jardín. Lo hará desde las 10 y Tito aprovechará para pulir detalles tácticos.