Bienvenidos al Argentino. Es un mundo aparte. Lo que vivió Talleres en Santiago del Estero, hay que potenciarlo por 100 para tomar dimensión de lo que vivimos en Tucumán en 2008, cuando perdimos la final ante Atlético. Los dirigentes y la Policía nos dijeron: “no garantizamos la seguridad si no gana Atlético”.

Y en el último minuto, nos anulan un gol que valía el ascenso. Pero hay más: en Mendoza estuvimos hasta las 6 de la mañana en una comisaría para declarar por una denuncia de la cual fuimos agredidos con gas pimienta por parte de la dirigencia de Independiente Rivadavia. En San Juan ante Desamparados hubo invasión de cancha y se suspendió el partido. Contra San Martín de Tucumán, en 2006 a los hinchas de Racing les rompían la entrada en la cara, les robaron banderas y celulares. No trascendió porque le pasó a Racing. Ahora todos se enteran porque la víctima fue Talleres.

El problema es que los gobiernos del interior del país participan directamente con los clubes, operan, digitan a la Policía, y priorizan sus intereses para ascender. Pasó en Mendoza, Tucumán y San Juan, donde prácticamente subsidian a sus equipos con fortunas. Y con los gobernadores en cancha, como hinchas. Sería bueno que en Córdoba nunca imitemos esas acciones, y que el gobierno emita su queja donde corresponda, porque así se hace difícil.