Como se esperaba, Roberto Saporiti dejó de ser el técnico de Talleres. La eliminación y el desgaste con el hincha fueron los principales motivos del alejamiento. “Hay que darle más importancia a lo deportivo. Es la tracción para el resto en la entidad”, recomendó el DT.

Crónica de un final anunciado. El suspenso se prolongó unas horas. Ayer, Roberto Saporiti dejó de ser el técnico de Talleres. En la última práctica del año se despidió de los jugadores. La charla no duró más de media hora, y a la salida de la Boutique se fundió en un abrazo con Paco Cabacés, intendente del estadio.

“Me voy con mucha tristeza por no haber logrado el objetivo de clasificar. La deuda es con la gente, no cualquier equipo moviliza 25 mil personas por fin de semana. Esta categoría no le corresponde a Talleres. Me voy para descomprimir, y ojalá puedan oxigenarse con otro cuerpo técnico”, reflejó Saporiti.

-¿En qué se falló?
-En lo deportivo hubo varias situaciones, de las cuales me hago responsable. Lógicamente, pagamos el inicio del campeonato, porque empezamos tarde a trabajar. Después mejoramos, pero el domingo pasado tenía la esperanza de clasificar. No se dio. Tengo que priorizar a Talleres, por eso dejo de lado mi contrato.

-¿Qué le dijeron los jugadores?
-Recibí el respaldo de ellos, incluso de los que no eran titulares. Me apoyaron, me pidieron que repensara la idea, pero la decisión estaba tomada.

-¿Incidió el inestable aspecto institucional para irse?
-No, yo me hago cargo de lo deportivo. El mensaje que yo le dejo al fideicomiso es que tiene que darle más importancia a lo deportivo, por sobre todas las cosas. Es la tracción del resto en la entidad. No me equivoqué cuando en 2006 renuncié y dije que había desajustes, que llevaron a Talleres al Argentino A. Ahora va a ser más difícil subir a la B Nacional, que desde esa categoría a Primera División. Por eso, hay que centrar la concentración en lo deportivo sobre todo.

-¿A qué se refiere?
-No deben dejarse confundir. La semana pasada se habló del tema jurídico, y muy poco de lo deportivo. Este es el momento más complicado. Espero que el nuevo cuerpo trabaje con más tiempo del que tuve yo en la pretemporada. Eso es fundamental.

-¿Este fue su último paso por Talleres?
-Estuve en cinco etapas, y por los tiempos, creo que sí. Uno nunca sabe las vueltas de la vida, pero soy consciente de que no es fácil. No sé si volveré a dirigir.

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Roberto Saporiti cerró ayer su quinto paso por barrio Jardín, donde convivió con éxitos y sinsabores. Estuvo a un paso de la gloria, perdiendo la final del Nacional ’77 con Independiente, en el mejor proceso de la historia de Talleres, y sufrió descensos: a la B Nacional y al Argentino A.

• El primero.- 1977-1979. Con Talleres en la Liga Cordobesa, Saporiti, clasificó al Torneo Nacional y perdió la final ante Independiente, al empatar 2-2 en barrio Jardín. Fue la mejor campaña de la historia del club. El subcampeonato lo clasificó a los torneos Metropolitanos de AFA, por la ley 1.309. Muchos de sus dirigidos fueron convocados a la Selección en ese proceso, incluso con tres campeones del mundo en 1978: Miguel Oviedo, Luis Galván y Daniel Valencia.

• El segundo.- 1988-1990. En Primera División, deambuló en mitad de tabla, incluso tuvo algunas preocupaciones con el promedio, pero supo salir airoso.

• El tercero.- 1995. Llegó para el Torneo Clausura de Primera División, trajo como refuerzos a Roberto Gasparini y a Héctor Chazarreta, y no pudo evitar el descenso a la B Nacional. Perdió la categoría tras 16 años ininterrumpidos.

• El cuarto.- 2006. Hizo la mejor campaña en la B Nacional en el proceso de quiebra, y estuvo a un triunfo de obtener el Clausura, certamen que consagró a Nueva Chicago tras ganar el partido clave. Cuando se “borró” su campaña, Talleres se comprometió seriamente con el descenso.

• El quinto.- 2009. Dirigió los últimos cinco partidos de la B Nacional, muy jugado con el promedio, y descendió al Argentino A. En esta categoría dirigió la primera rueda, y al no clasificar de ronda, renunció.