¿Coyuntura o realidad? Talleres convirtió un 0-2 en el 2-2 frente a Central Córdoba con mayoría de jugadores propios. Hasta el 1-2 eran seis, luego ingresó Cuello y fueron siete de la cantera.

Fue apenas una imagen. Habrá que ver si se proyecta en el tiempo o si queda como en un buen recuerdo. Igual, la instantánea quedó ahí, registrada. ¿Cuál? La de Talleres convirtiendo un 0-2 parcial en el 2-2 final ante Central Córdoba con mayoría de jugadores propios. Y con real gravitación por parte de varios de ellos, en el juego y en el marcador.

La referencia indica que desde el inicio del complemento y hasta los 20 minutos, cuando Ignacio Anívole puso el empate, la formación albiazul llegó a tener siete pibes surgidos en el semillero.

A saber: el defensor Guillermo Cosaro; los volantes Sebastián Navarro, Juan Galarraga; los enganches Agustín Díaz y Ramiro Pereyra; los delanteros Roberto Moreira Aldana y Julio Cuello. Más allá de que fueron sólo 20 minutos –Saporiti hizo ingresar a Federico Arce por Pereyra al minuto siguiente y el número se achicó a los seis que había al momento de lesionarse Monay– el equipo logró el empate en un momento difícil y casi lo gana gracias a un repunte futbolístico en el que sobresalieron Agustín Díaz (el tiempo que pudo asociarse al propio Ramiro) y Julio Cuello (asistidor de Anívole en el 2-2). ¿Más? Moreira marcó el descuento.

Deben crecer. Si bien volverá Solferino, Basualdo será titular y el número de jugadores titulares propios bajará más, los chicos tendrán más retos como los de Santiago del Estero. Por caso, el domingo se viene una final por la clasificación ante Juventud Antoniana de Salta. w