El arquero albiazul. La gente coreó su nombre en el penal que atajó ante Alumni. “¿A quién no le gustaría ser ídolo?”, dice este arquero que llegó del ascenso porteño y es amante de Los Piojos.

"Quiero que te duermas como un sol
Que se acuesta en un campo de trigo
Tengo aquí en mi pecho un corazón
Igualito al hueco de tu ombligo
Sabes quien temblaba, cuando ibas a nacer
Sabes que pensé, que por ahí no ibas a poder... "


La letra de Canción de Cuna, de Los Piojos, suena fuerte en el auto de Matías Giordano. Talleres ganó, en este caso a Alumni; él fue figura (tapó un penal) y se trata de la canción con la que se duerme su hija Malena. Las condiciones mencionadas ameritan que ponga play.

El tránsito hacia Villa Carlos Paz, donde fijó domicilio, completará el pequeño rito que acontece cuando el arquero de Talleres se siente pleno.

“Me gusta el rock nacional, en especial esa canción de Los Piojos. El día después lo paso así, en familia. Con mi mujer Alina y mi hermana María Noel. Todas me acompañaron en la cancha”, justificó Giordano, quien también escucha a Divididos y a Andrés Calamaro.

"Debe ser que me pediste un día una canción.
Que fuera del corazón, ahí te va."

El hit, en pleno desarrollo, le da pie a Giordano para hablar de la emoción máxima de atajar un penal y de cómo lo ayudó la gente. “Atajar un penal viene bien. Yo tengo seis o siete penales atajados en mi carrera. Hacía mucho que no me tocaba. La última vez fue en enero pasado cuando jugaba para Quilmes y fuimos a definición por penales con Godoy Cruz por la Copa de Tandil. El último que atajé en un partido fue en Comunicaciones”, agregó Giordano.

–¿Le pediste a la gente que te alentara en el penal?
–Sí. Nunca me había pasado eso de esperar un penal con semejante respaldo. Fue impresionante. Me dirigí al arco y veía que estaban un poco resignados. Pensé que si alentaban podía jugarle en contra a Caler. Y a mí me parece que fue así. Que ayudó. Es lo que piensa uno. La gente se levantó, silbó al pateador y yo veía al pibe que daba vueltas para poner la pelota. Se puso nervioso. Después también tuve un poco de suerte.

–Con 29 años y este nivel, ¿por qué no tuviste lugar en otra divisional?
–Tuve un par de lesiones importantes y prolongadas. Una fue en una muñeca y, después, me fracturé un dedo. Estuve cerca de ir a clubes importantes. Uno trabaja con esa ilusión. Saporiti pidió que estuviera en Talleres. La propuesta era volver rápido a la B. Conversé con mi familia y me la jugué por Talleres. No estoy arrepentido.

–¿Buscas ser ídolo?
–¿A quién no le gustaría? No hay nada más lindo que corren tu nombre. Es emocionante. Pero estoy lejos de serlo. Hubo mucha gente importante.

"Somos una llama en el invierno
Le pedí al señor que me diera un amor
Nunca pensé sería tan profundo."


La canción de Los Piojos terminó, Malena se durmió y arrancó el sueño de Giordano en Talleres.