Talleres juega “de visitante” en el Chateau ante Alumni de Villa María que cedió su localía. Es a las 16 por la séptima del Apertura del Argentino.

La mutación de Talleres que experimentó en el último mes y medio fueron cambios en su estructura institucional como en la futbolística. Acomodar el cuerpo, que le dicen. Quizás el DT Roberto Saporiti esté en lo futbolístico mucho más cerca de la coherencia que seguramente no ha mostrado con sus duras críticas a los sectores opositores a Ateliers que hoy son gobierno en la T.

Pero no se trata de poner al Sapo en la silla eléctrica de lo que hace ante lo que dijo, casi a manera de tatuaje con palabras.

Al menos, hablando de fútbol propiamente dicho, desde su verborragia aseguró que el equipo aparecería en 45 días mínimo, con un plazo de 60 antes de que arrancara el torneo Apertura del Argentino A, hoy parece que eso sí se cobija bajo el techo de las certezas.

Es lo que sus muchachos deberán demostrar en el transcurso de los 90 minutos de hoy cuando, a las 16, la T juegue con Alumni de visitante-local en el Estadio Córdoba. Entonado por sus mejoras en el equipo, la contundencia que alcanzó en el encuentro pasado ante Desamparados (triunfo por 3-0) le dio aire y tranquilidad al cuerpo técnico para profundizar una idea futbolística.

Saporiti trabajó tranquilo en la semana, sin presiones, al igual que sus dirigidos y por eso casi no tocó el 11 titular. Por consiguiente colocará a Damián Solferino como titular, en reemplazo de Ramiro Pereyra.

Y otra decisión que tomó el entrenador fue la de cambiar el sistema de juego para pasar a defender con cuatro en línea, tres volantes, un enganche y dos delanteros.

La T tuvo un arranque poco alentador en el campeonato y en una categoría desconocida para la mayoría de sus jugadores. Costó asimilar y entender la situación real del equipo, sumada a la hecatombe institucional. Una vez que más o menos todo se acomodó, los resultados comenzaron a aparecer. Y a pesar de una derrota en el camino (el 1-2 en Mendoza ante Maipú) el equipo fue de menor a mayor.

Si el presagio de Saporiti de que el equipo iba a aparecer en un mes y medio ya nota resultados, el partido de hoy ante un Alumni que cedió su localía para hacerlo en el Chateau, puede ser la medida justa para aplicar un poco más de envión y empezar a jugar donde todo hincha pretende ver a su equipo: en los puestos de arriba de la tabla.

Una buena oportunidad para que sea el domingo ideal de un despegue que nadie ve la hora de que ocurra, definitivamente.