El fideicomiso rechazó la propuesta de Ateliers para levantar la quiebra en 2015 y pidió el embargo de los 900 mil pesos depositados para ese proyecto.

La relación entre el fideicomiso que administra a Talleres y Ateliers está en su pico máximo de tensión e intolerancia. Cada decisión de las partes son fundamentadas casi con la finalidad de lograr un perjuicio o poner obstáculos en la convivencia. Y ayer sumó otro capítulo: el órgano fiduciario no sólo rechazó la propuesta que hizo la gerenciadora para levantar la quiebra, sino que además pidió al juez Carlos Tale que embargue los 900 mil pesos que depositó la concesionaria para abonar la primera cuota de pago a los acreedores, a los fines de destinarlos para algunas irregularidades que incurrió Ateliers en su gestión. Las relaciones están en “pie de guerra”.

Es sabido que desde agosto del año pasado, la convivencia se hizo cada vez más álgida desde que el gerenciador Carlos Ahumada tuvo un altercado con el triunvirato (ahora compuesto por el abogado Daniel Ruffener y el contador Gustavo Eluani), para levantar las inhibiciones, a un día del debut ante Aldosivi. Eso se afrontó con recursos de la quiebra, y de ahí en más, creció la enemistad. Ni hablar después de que a Ateliers le rechazaran el pedido de prórroga hasta 2014. Pero en el camino sucedieron nuevos episodios, que dejaron a las partes con una relación antagónica.

La oferta de Ahumada para seguir en Talleres consistía, a grandes rasgos, en abonar 1.800.000 pesos anuales, con el total manejo del club, y con el predio de las 24 hectáreas como garantía. Y depositó 900 mil pesos para destinar a los acreedores. El fideicomiso declaró en su presentación, de “inaceptable de que Ateliers pretenda la gestión total del club sin control alguno (...) y que además de improcedente, se aparta completamente de los objetivos de la Ley de Salvataje de entidades deportivas”. Y tuvo otros cuestionamientos sobre la forma de proceder. Por eso, solicita al magistrado el embargo del depósito, argumentando que el pasivo laboral creció en casi 1.700.000 pesos, teniendo en cuenta los despidos injustificados (Rubén Insúa, Luis Oste, Piero Foglia, entre otros), que a pesar de no tener sentencia firme, son casi inevitables. Además, pide que la gerenciadora abone 40 mil pesos que adeuda por el alquiler del Estadio Córdoba ante Ferro, en la última fecha de la B Nacional; que le abone los 118 mil pesos de honorarios correspondientes a la martillera Ana del Carmen Domián, por el remate del predio que no se llevó a cabo, por la medida de “No innovar”; y más de 20 mil pesos en concepto de IVA y retenciones e impuestos a las ganancias.

Ateliers, por su parte, planea su estrategia. Y eso implica que de continuar al frente de Talleres, no quieren más al fideicomiso como órgano de control. “Es innegociable eso”, dicen desde la gerenciadora. “ Nosotros defendemos los intereses del club”, aducen del órgano de contralor. A todo esto, el rumbo de Talleres sigue incierto...

Caprichos. Las relaciones después fueron un tire y afloje constante, casi al borde del capricho. Por ejemplo, en diciembre del año pasado, el juez dictó la sentencia del remate de predio, y en enero, Ateliers comienza a construir canchas y vestuarios en el complejo. Y cuando la gerenciadora despide a la contadora Laura Vecci y al auxiliar Fernando Alvareda, instantáneamente el fideicomiso los nombra para trabajar como asesores. Y no hablar de otras situaciones de logística (pago de inhibiciones, alquiler del Estadio Córdoba y demás). Lo que se dice, intolerancia total.