Talleres liquidó a Independiente en un lapso de 15 minutos e hizo una buena lectura de juego. Enviado especial.

En una ráfaga de 15 minutos, Talleres liquidó ayer a un rival que al inicio lo había puesto en aprietos. Los goles de Luis Salmerón, Guillermo Báez y de Lucas Godoy transcurrieron entre los 35 minutos del primer tiempo y los 3 del segundo.

Un mazazo tras otro que fue fruto de una lectura de juego acertada. Desde adentro y desde el banco de suplentes. El gol del "Pupi" marcó un antes y un después, el paso de un equipo con precauciones a uno que podía ganar. Hasta ese momento, la visita se había presentado con un papel menor, muy preocupado por el daño que pudiera hacerle Independiente, aunque eso significara el desamparo de la dupla Emanuel Fernandes Francou-Salmerón. Las subidas de De la Vega (se lo perdió por tirar un taco) y sus centros cruzados y la movilidad de Gómez obligaron a que Brasca se revolcara un par de veces.

Talleres pasó a ganador una vez que logró recuperar la pelota y se dio cuenta de que la defensa local estaba de oferta. "FF" se animó a pelearle una pelota a Mantilla (la segunda que perdía) y tras quitar, habilitó al goleador albiazul, quien, de primera, la mandó adentro.

Independiente se descubrió y los espacios quedaron ahí listos para ser aprovechados. Lucas Godoy, el debutante, hizo su parte: dejó de marcar a Gabriel Solís, tomó el control de los ataques, hizo pesar su habilidad (¿se acuerdan cuando apareció Javier Pastore?) y cierta precisión en los envíos con pelota detenida. Mandó un córner que Salmerón bajó para que Guillermo Báez anotara el 2-0 cuando se cerraba el primer tiempo. Después, el pibe pasó al rol de definidor: tiro colocado tras un asistencia de "FF", lo que convirtió al estadio Bautista Gargantini en una hoguera, en la que se quemaba todo Independiente.

Leonel Coudannes y el arquero Nahuel Guzmán contra la gente; Gabriel Roth y De La Vega, por caso, se la pasaron discutiendo por la ejecución de un tiro libre. Y el tiempo que perdía el local, era aprovechado por Talleres. Lejos de conformarse con el 3-0 parcial, el equipo de Raúl Peralta no se refugió cerca de Brasca. Ingresaron Ramiro Pereyra y Pablo Rolón para seguir hiriendo. Al final, cuando la "T" se cansó y soltó a Gómez, Independiente pudo anotar el descuento y el juego quedó 3-1 gracias a que Brasca lo impidió.