Indeseadas, pero no inesperadas. La barra de Talleres se juntó con el plantel para pedirles explicación por el mal momento del equipo. Fue en buenos términos, pero igual, pidieron un cambio de actitud.

La atmósfera en barrio Jardín sigue aumentando temperatura. Más allá del magro y comprometido momento deportivo e institucional que vive Talleres, faltaba un condimento más para seguir caldeando los ánimos. Y ese ingrediente fue aportado por la barra brava, que se hizo presente en el entrenamiento del plantel, para dialogar con los jugadores sobre el flojo desempeño que realizó en los dos partidos disputados hasta el momento en la segunda rueda. Por suerte, la circunstancia no pasó a mayores, pero el clima tenso existió.

La rutina se inició con toda la normalidad, pese a que fue a puertas abiertas para el público. Pero cuando los futbolistas se encontraban en el círculo central, un grupo de más de 15 hinchas irrumpieron en la cancha, y en buenos términos, se pusieron al frente del plantel. Y dialogaron por un espacio de 20 minutos, en donde según manifestaron algunos protagonistas, no fue en carácter de “apriete”. Los barras mostraron su apoyo, aunque a su vez reclamaron un cambio de actitud.

Ya en el vestuario, los hinchas le habían expresado al técnico albiazul Juan Amador Sánchez su parecer de la situación. Y el DT, una vez concluida la “visita”, se reunió en privado con los dos máximos referentes del plantel, Federico Lussenhoff y Cristian Zermatten.

El personal de seguridad no puso reparos a la situación, y observó cómodamente la escena desde las tribunas, que afortunadamente no tuvo episodios de violencia.

“Nos vinieron a dar su apoyo, la charla fue amena, y manifestaron que van a seguir respaldando. Nosotros también nos comprometimos a responder. Fue todo en buenos términos”, sostuvo Lussenhoff.

La situación no derivó a situaciones indeseadas, al menos esta vez...