El progreso de Lucas Wilchez fue muy interesante. En San Martín de San Juan (2004/2005) lo había visto bien, pero en Tigre (2005/2007) empezó de menor a mayor y, para mí, ahí la terminó rompiendo.

Su último paso por Estudiantes de La Plata (2007/2008) marcó como que ahí pudo haber sido figura, pero simplemente no pudo jugar lo necesario. Para mí sólo le faltó jugar porque, si se trata de condiciones, tiene unas condiciones enormes.

Yo lo llevé desde San Juan a Tigre a jugar la Primera B Nacional junto con Gastón Stang. Después me llevé a Luis Salmerón de Ferro y a “Guille” Báez lo había tenido en El Porvenir. Tuve a muchos jugadores del actual plantel de Talleres.

En cuanto al aspecto técnico, Lucas es picante, te “limpia” en un pedacito de la cancha. Pienso que esa es su principal virtud. Lucas es un jugador al que por ahí lo único que le falta es tener un poquito más de definición, un poquito más de gol. Pero por todo lo demás, tiene todas las condiciones para ser un enganche de primer nivel porque juega bien, se desmarca muy bien y en los mano a mano, en el uno a uno, te “limpia”. Ahí está la base de Lucas, cuando tiene la posibilidad de jugar.