Humberto Grondona reclamó airadamente al árbitro por los “supuestos” goles de Salmerón que no convalidó. Asimismo, cuestionó a quienes dicen que a Talleres lo benefician los arbitrajes. Y admitió que al equipo le cuesta jugar de local.

Apenas Alejandro Castro sentenció el final del partido, el técnico Humberto Grondona corrió casi 50 metros para pedirle explicaciones. Lo frenó Federico Lussenhoff. «Grondonita» estaba fuera de sí. Minutos antes ya había intercambiado insultos con los jugadores suplentes de Platense y otros auxiliares del cuerpo técnico del «Calamar». Y los cuestionamientos hacia el árbitro fueron puntualmente por dos polémicas, a los 33´ y 39´ del complemento, en dos cabezazos de Luis Salmerón salvados en la línea. La duda sobre si entraron o no flotaron en el ambiente, aunque las imágenes de TV revelaron que la pelota no ingresó.

Por eso, el DT albiazul, fuera de control, no ocultó su fastidio, aunque después cambió de actitud. «Ahora, con la mente en frío, me doy cuenta de que me equivoqué. Tendría que haber sido expulsado. Lo que pasa es que hay gente que habla de más y genera siempre controversias, porque soy hijo de fulano de tal, y estoy harto. Algún día tenía que explotar», argumentó el DT albiazul.

-¿Qué fue a reclamarle al árbitro?
-Ya está. Para mí la segunda jugada de Salmerón fue gol, y varios me comentaron lo mismo. Eso me da impotencia, por eso mi reacción. Estoy cansado de que todos hablen antes del partido de que tengo el árbitro a mi favor. A mí nadie me beneficia. Hoy (por ayer) fue una muestra de eso.

-¿A qué se refiere?
-Ya me pasó en el ’96. Dirigía en Godoy Cruz, teníamos un equipazo y todos los técnicos, apenas llegaban a Mendoza especulaban con que el árbitro los iba a perjudicar. Después ganábamos 4 a 0, pero la excusa era siempre ésa. Ya me cansé de que todos utilicen de escudo a mi padre. Basta ya con esa historia. Si fuera así, Talleres estaría en Primera. Me molestó lo de (Fernando) Quiroz, que es una gran persona, pero le echó la culpa al referí y no estuvo bien. Igual, yo me equivoqué y espero que no me vuelva a pasar.

-¿Qué le dijeron los jugadores?
-Que fue gol. Es más, el árbitro retrocede esperando que lo cobre el juez de línea. Desde mi posición pareció que entró, pero entiendo que es un hombre nuevo en esa función (el juez de línea) aunque si entra, es gol y punto. Hay que cobrarlo.

-¿Qué opina del equipo?
-Tengo bronca porque se pudo haber ganado. El resultado no es positivo, pero al menos sumamos. El primer tiempo no era para terminar en desventaja. Fuimos permanentemente al ataque, con tres delanteros, y conseguimos el empate. Me gustó la entrega y el sacrificio.

-¿Fue un paso atrás en el rendimiento?
-No, porque creamos situaciones de gol. No fuimos efectivos. A este equipo le cuesta jugar de local. De visitante tenemos más soltura para circular la pelota.

-¿A qué se debe eso?
-No sé, quizás por las exigencias y la presión que genera Talleres. A lo mejor los jugadores se ponen nerviosos. No olvidemos que este equipo perdió una final con tres hombres de más... Igual, tiene la hinchada más maravillosa de todos los clubes que dirigí, lejos. Es impresionante como alienta.

Edgardo Galíndez.“Lo positivo fue que no perdimos, porque en realidad, nuestra apuesta era sumar los tres puntos. Nos queda esa sensación amarga, pero al menos seguimos en el pelotón de arriba”.

Cristian Zermatten.“Una derrota hubiera sido muy malo. No ligamos. Tengo dudas con las jugadas de Salmerón, y encima nos empataron con un accidente. Merecimos ganar, tuvimos chances, pero rescatamos la actitud del equipo”.

Federico Lussenhoff.“Intentamos no abusar del pelotazo, pero cuando el rival se pone atrás y no te da espacios, se hace difícil. A priori, pensábamos que los tres puntos iban a quedar en casa, aunque en esta categoría ningún partido es fácil”.

Juan José Serrizuela. “Al menos se sumó un punto. Peor hubiera sido perder. Rescatamos la voluntad para ir a buscar la victoria, que merecimos, y no tengo dudas que la victoria no va a tardar en llegar”.