Angel Comizzo dejó de ser DT de Talleres, cansado de “situaciones no deseadas”. Y antes de irse, cuestionó la forma de manejarse de Ateliers. “Otros se hubieran ido un mes y medio atrás”, resaltó.

Fue la crónica de un final anunciado. Sólo faltaba que el entrenador de Talleres, Angel David Comizzo, le pusiera la rúbrica a su renuncia, y por la forma que arribó a la Boutique, a las 17, saludando con un abrazo fuerte a Daniel Valencia, ya daba testimonios de que no iba a continuar en su cargo.

«Voy a hablar con los jugadores y después los atiendo», dijo a la prensa, dando más indicios de su partida inminente, cuando en los últimos partidos y entrenamientos había optado por el silencio. No demoró mucho: a los 10 minutos salió del vestuario y enfrentó a los periodistas: «La voy a hacer cortita. Situaciones no deseadas ni ocasionadas por el cuerpo técnico motivaron a que presentemos la renuncia. La decisión está tomada y la comunicamos al plantel. No tengo más nada que decir.

- ¿No hubiera sido mejor esperar al sábado?- No. Hay cosas que hartan. La tarde de ayer, después del partido, diagramando el juego del sábado ante Racing, pensamos que no iban a volver a ocurrir algunos inconvenientes, pero no fue así. No es la única excusa, esto viene desde hace tiempo. Nosotros agarramos el equipo en el descenso directo, lo encaminamos pero ocurrieron muchas cosas, extrafutbolísticas principalmente.

- ¿Qué le dijo a los jugadores?
- Les di las gracias por el respeto, la disciplina y el sacrificio para sacar al equipo adelante. Lo digo con conocimiento de causa, soy hecho en Talleres como persona y jugador. Yo tenía otras ilusiones, nunca pensé que se iban a repetir los mismos errores de siempre. Me pasó como a los indios con los espejitos de colores.

- ¿Esa fue la gota que colmó el vaso?
- Pasaron muchas cosas... en momentos como este necesitamos que todos los dirigentes estén presentes, y sólo vino Humberto (Grondona), que intentó por todos los medios convencerme, porque sabe cómo trabajamos. No tengo diferencias con el gerenciador, pero no vino.

- ¿Qué saca en claro de todo esto?
- Yo también hice mi autocrítica. Me equivoco como todos los seres humanos. Pero cuando llegué el equipo estaba en de-scenso directo, Valentín Brasca no atajaba y ahora es titular. Edgardo Galíndez ahora es insustituible y Mauro Algecira no era tenido en cuenta y lo recuperamos. Utilizamos a juveniles como Roberto Moreira, Juan Galarraga y Facundo Reyes, que estaban en la Liga local. En ellos nos íbamos a sostener la temporada que viene. Este equipo con dos o tres refuerzos puede pelear tranquilamente el ascenso. Estamos pagando los 26 puntos que se hicieron en un año, y no es nuestra culpa. Y pusimos la cara, por eso le pido al hincha que el sábado aliente a estos jugadores, que los van a dejar en la B Nacional.

- ¿Se va desilusionado en su primera experiencia como entrenador?
- Nunca pensé que esto me iba a pasar en tres meses. Saqué una experiencia riquísima pero me voy triste y me duele mucho.

- ¿No piensa que la gente lo va a acusar de que abandonó el barco?
- Otros se hubieran ido un mes y medio atrás. Era lo más fácil. Me quedé hasta el final asumiendo todos los riesgos.

- ¿Qué piensa de la dirigencia?
- ¿Sabés todas las cosas que pasaron? No se maneja un club desde Buenos Aires por teléfono, muchachos. Nos vemos...

Con esa clásica despedida irónica, Comizzo cerró su ciclo como técnico en Talleres. Deja más dudas que certezas, aunque eso es habitual en la institución de barrio Jardín, desde hace mucho tiempo.