Talleres pegó primero en la pulseada por pertenecer a la B Nacional. Le ganó 2-1 al voluntarioso Racing, con cabezazos de Borghello y Rosales, y aunque terminó apretado, hasta perdiendo por un gol mantendrá la categoría.

Era un partido para ponerse los pantalones largos y no sólo por el rigor del invierno que se hizo sentir en Nueva Italia. Es que Talleres debía demostrar que es el equipo de la categoría superior y que en realidad quería jugar una promoción, no esta reválida. Y Racing salió a dar testimonio que lejos de morir en el intento en Tucumán, mantenía viva la ilusión del ascenso.

Y se dio un poco de todo. Talleres ganó cuando aceleró, cuando puso en la balanza la diferencia de velocidad y de precisión en los metros finales, y cuando sacó a relucir la jerarquía de sus hombres más valiosos.

Y Racing se llevó el aplauso de su gente y el reconocimiento general porque aun cuando todo parecía perdido, ratificó por qué el Argentino A le queda chico. Con fútbol y guapeza, acumuló méritos como para dejar la sensación de que un empate no habría estado del todo mal.

De todos modos, Talleres fue el mejor. Su victoria es legítima y le otorga la posibilidad de conservar la categoría hasta perdiendo. Es que el elenco de barrio Jardín absorbió el arranque de mayor protagonismo de su rival, que tomó la iniciativa aunque sin profundidad, y en los últimos 15 minutos soportó las embestidas de un Racing que se le vino encima.

Entre el gol de Borghello, a los 22 minutos de la primera etapa, y el del descuento de Soriano, todo fue albiazul. Gestó las acciones de máximo peligro, plantó en la cancha dos o tres figuras excluyentes, caso Rimoldi, Lussenhoff y el propio Galíndez, quien redondeó un partidazo, y en el segundo tiempo hasta se puso en «perdona vidas», al dilapidar media docena de contragolpes, sobre todo por el nulo mediodía de Cuevas.

Racing había tenido un par de aproximaciones, cargando con el peso de la obligación de ganar, pero era Talleres el más incisivo. Además, cuando todos preveían que los albicelestes volcarían sus ataques por la derecha, un sector donde los albiazules no oponían ningún volante y Galíndez podía quedar en inferioridad numérica, la «Academia» eligió otros caminos y se extravió.Mientras tanto, cuando muchos preguntaban por qué Rosales iba tan de punta y no bajaba a construir, apareció como un extremo izquierdo para desbordar y enviar un centro-puñal al corazón del área para el cabezazo del Borghello redimido con la red.

A partir de allí, Talleres pasó a dominar el trámite ante un Racing que tambaleó en su desconcierto. Lussenhoff quitó, Rimoldi administró y Cuevas se lo perdió, solo ante el achique de Dei Rossi. Dos minutos después, a los 38, el «Colorado» recuperó la enésima pelota y lo bajaron para un tiro libre frontal que Rimoldi depositó en la cabeza de un Rosales que pudo peinarla con absoluta comodidad. Un 2-0 que parecía letal. Determinante y terminante. De historia concluida.

Pero Racing es el fútbol de un grupo que Bonetto moldeó con paciencia de artesano. Y con guapeza comenzó a cambiar delanteros por volantes (Bergese por Becica) y volantes creativos por defensores (Rodríguez por Peirone). Se lanzó a todo o nada y al desguarnecerse atrás, dejó espacios para que Borghello y Buffarini hicieran surcos hasta el cansancio, y para que Cuevas tirara afuera un penal de cabeza que era el 3-0. Pero con un par de símbolos como Vangioni y Gaboardi, capaces de encender los espíritus con fuego sagrado, y el atrevimiento de Gabriel Rodríguez para lastimar con pelota al pie, Soriano quedó de frente al gol y Racing de cara al empate.

Talleres desdibujó su imagen de equipo dominante. Claudicaron en lo físico Rosales, Borghello, Rimoldi, y los de Comizzo terminaron apuntalados por los de siempre -Maidana y Lussenhoff- y los que aparecieron ahora: Galíndez, Alvarez y Torsiglieri. Y a la «Academia» no le alcanzó.

Eso sí, el descuento sirvió para mantener abierta la serie, aunque Talleres llegue con más ventaja que nunca porque hasta perdiendo (por un gol) puede zafar.

RACING 1 / 2 TALLERES

Goles: PT 22m. Borghello (T), 38m. Rosales (T). ST 31m. Soriano (R).
Cambios: PT 38m. Bergese por Becica (R). ST 10m. Gabriel Rodríguez (R); 13m. Soriano por Rivero (R); 18m. Azcurra por Rosales (T); 26m. Moreyra por Borghello (T) y 47m. Basualdo por Rimoldi (T).
Amonestados: En Racing: Hernán Fernández, Damián Fernández, Vangioni y Gaboardi. En Talleres: Buffarini, Lussenhoff, Torsiglieri, Borghello y Moreyra.-
Cancha: Racing.Arbitro: Gabriel Favale.