Talleres dejó en el camino tres puntos que debieron ser suyos, porque hizo casi todo bien ante Atlético de Rafaela y debió ganar, pero no fue así y perdió 2 a 1 en el último centro.

El equipo de Comizzo falló a la hora de marcar, se descuidó en dos balones detenidos y se quedó con las manos vacías y a merced de lo que suceda con Brown (juega mañana con San Martín) para saber si continuará fuera de la zona de reválida.

Fue un partido intenso, cargado de emociones y que en el tramo final hizo pasar a los hinchas albiazules del éxtasis a la desazón sin pensarlo. Talleres batalló durante todo el juego para torcer el resultado a su favor, tuvo al menos 10 chances de conseguir goles y siempre chocó con el arquero Gastón Pezzuti, los caños del arco rival o la mala puntería de sus delanteros.

Pero si algo más necesitó para una tarde de final bien oscuro, desperdició un penal en el primer minuto de descuento y le hicieron un gol en el minuto 48.

En el inicio del partido, Talleres consiguió ponerse adelante en el marcador, cuando Daniel Bazán Vera quiso despejar y su “pifia” hizo pasar el balón por encima de Pezzuti para el 1 a 0. Iban cuatro de juego y las cosas se simplificaban de movida para la “T”.

Paulo Rosales estaba intratable y ganaba por todos los sectores. La defensa visitante no se recuperaba del gol en contra y daba muchísimas ventajas. A los 11, Rimoldi estiró para el “10”, quien tocó al medio para que Cuevas pusiera el 2 a 0, pero el delantero remató sin convicción y el arquero tapó con su cuerpo. Era el inicio de una tarde negra de la ofensiva cordobesa y de brillantez para el arquero rafaelino.

Atlético sólo contó con las ganas del pelado Césaro en el medio, pero en defensa falló seguido y en ataque generó poco y nada.

Y cuando mejor jugó Talleres, sus delanteros más erraron y cerraron el parcial con una ventaja exigua para el albiazul.

En el arranque del segundo, el primer centro del visitante terminó en la cabeza de Fernández y con el 1 a 1 en el marcador.

Talleres reaccionó y fue en busca del triunfo. Arrinconó a la Crema y Rosales volvió a mostrarse por todos los sectores. Las ganas de Buffarini contagiaron al resto, pero en los metros finales siguieron fallando.

Y llegó el minuto 46. Penal por mano de Celaya y alegría total. Pero Borghello tira fuerte y las manos de Pezzuti se quedaron con el balón. Dos minutos después, Fernández cabecea al gol para que una tarde de alegría sea una pesadilla.