Lo aseguró el técnico Comizzo, en alusión a los insultos del final.

“No los esperen, porque no van a hablar”. Con gesto risueño, el árbitro asistente Ernesto Soto –un abonado a los partidos de los cordobeses en la B Nacional– les anticipó una ardua tarea a los periodistas que esperaban a los jugadores y al DT de Talleres. Hacía una hora que el partido había concluido, y las puertas del vestuario se abrían y cerraban, dejando ver los gestos adustos de la mayoría y las luces que iluminaban el rostro de Ángel David Comizzo, el hombre más cuestionado de la tarde, quien mantenía un largo y distendido diálogo con el cronista de un programa televisivo partidario.

A los pocos minutos, “el Flaco” enfrentó al grueso de la prensa, que debió esperarlo rigurosamente en los pasillos y detrás de un vallado, en una puesta en escena que se extendió apenas por 50 segundos, hasta el clásico “hasta luego” del DT albiazul.

“Creo que hacía mucho tiempo que no se veía un equipo jugar de esta manera. El equipo tuvo una ofensiva bárbara, hizo todo lo que tenía que hacer... Lo único que no hicimos fueron los goles, pero erramos un penal, pegamos tiros en los palos...”, dijo Comizzo en el arranque de su monólogo. “Hacía mucho tiempo que no se veía jugar un equipo de esta manera, con esa ofensiva, con esa triangulación, con ese trato de pelota, con esa actitud, con esa garra...”, completó el entrenador antes de dejar meter a un cronista radial el único “bocadillo” del periodismo durante el brevísimo contacto.

–¿Cómo tomás los insultos después del partido?
–Son 400 tarados... Sabíamos que esto podía estar preparado de alguna manera. Que ante la primera adversidad habría 400 ó 500 tarados sometidos a una horda. Los insultos estuvieron preparados ¿Por quién? Preparados... Hasta luego.

Sonidos y silencios
La mayoría de los jugadores pasó al lado de la prensa en fila india, sin detenerse, en dirección al colectivo que los llevaría a Carlos Paz. Sólo unos pocos se detuvieron para hablar. “Estoy muy dolido por la derrota. No merecimos perder. No nos puede pasar lo que nos pasó”, dijo Héctor Cuevas con el ánimo por el piso.

Por su parte, Federico Lussenhoff señaló: “Se nos fueron tres puntos increíbles. Éste es un golpe muy duro para nosotros”.

A su turno, Alexander Viveros dijo: “¿Hoy qué le puedo decir a mi compañero? ¿No corriste? ¿No metiste? ¿Te equivocaste? ¿Fuiste un p... porque nos c... a pelotazos y no hiciste nada? Dejamos todo y fuimos superiores, pero ellos hicieron los goles y nosotros, no. Lo único que queda es pedirle perdón a la gente de Talleres”.