Con dos cañonazos, Talleres averió a la “Fragata”, un rival directo. Superó a Almirante Brown por 2 a 1 e hilvanó tres victorias al hilo por primera vez en el torneo. Goles de Rosales y Borghello de penal. Oyola, expulsado.

Talleres ganó un partido tremendo. Dramático. Apretado. Sin hacer gala de cuestiones estéticas, sin haber mostrado un fútbol de alto vuelo pero con la enjundia de un equipo que ya entendió que a esta altura de la competencia, con el promedio flagelando cerebros, es necesario ganar como sea. Poniendo todo. Luchando mucho. Apretando los dientes. Y Talleres lo hizo. Jugó poco, pero se repuso en tiempo y forma del cachetazo de Brown cuando se puso 1 a 0 y sin hacer laburar tanto a Campestrini, aprovechó en toda su dimensión las chances que tuvo para lastimar, empatar y darlo vuelta con suspenso y polémica incluída. Por eso su gente volvió a revolear trapo y bandera, en una racha feliz de tres sonrisas al hilo y la Boutique invicta.

En el transcurso del primer tiempo, Talleres hizo el gasto y Almirante Brown el negocio. Porque en el balance futbolístico del parcial, el elenco de Blas Giunta no había hecho mucho para estar ganando 1 a 0 ni el del «Flaco» Comizzo tan poco como para cerrar la cortina abajo en el marcador.

Pero lo concreto, lo real, fue que en media hora de juego de este duelo de necesidades, entre Talleres y Brown no habían encontrado la forma de armar el partido, y en consecuencia el nivel estuvo cercano al bostezo. El local no detectó a Rosales para complementar el toque de Rimoldi y Brown porque Basualdo, su hombre más pensante, tenía más compromiso en el control de Buffarini que en la asistencia para Demus y Pérez. En ese contexto Talleres fue más en la inteligencia para elegir dónde jugar: en campo del elenco bonaerense y lejos de Valentín Brasca, mientras buscaba la manera de acertar alguna pelota profunda para Cuevas (tiene el arco corrido) o para un desconocido Iván Borghello, peleado con la pelota y la red.

En casi media hora generaron poquito. Talleres intentado armarse para jugar, con Rosales desconectado, y con Brownn defendiendo sólidamente por sus dos líneas de cuatro. Así, Demus cabeceó solo afuera a los cinco minutos y Cuevas merodeó en un par de pelotas cruzadas el arco de la «Fragata».

Hasta que a los 28´ Brown hilvanó el primer ataque profundo de la tarde con la subida de su lateral derecho Díaz, que a la salida de un rebote corto en Oyola, sacó un misíl que se coló contra la mano izquierda de Brasca.

Barajar y dar otra vez fue la consigna de Comizzo, viviendo el partido eléctricamente y a los gritos, pidiéndole a Algecira una mejor utilización del lateral derecho en ese combo con Bufarini que tanto rindió en los últimos juegos.

A los 37´ Talleres comenzó a edificar su vital recuperación de la mano de Federico Lussenhoff. El «Colorado» nunca se equivocó, metió en cada pelota como si fuera la última y en una de ellas salió del fondo volteando muñecos, tocó para Rosales que apareció por primera vez en la zona de gatillo y sacó un bombazo que le reventó el arco a Campestrini tras rozar en el botín de Zabaleta. Ojo por ojo. Tiro por tiro. Gol por gol. punto por punto. Estaba bien.

En el complemento, Talleres se paró unos metros más atrás para tratar de fabricar aquellos espacios que buscó a caballo de la pelota y que no había sabido encontrar. Rosales por la izquierda y Rimoldi muy activo y muy prolijo para tocar y asegurar el traslado. Sólo que esta vez Almirante también se animó a jugar. Aprovechó el avance territorial, capturó el balón a traves de la buena técnica de Basualdo y atacó con centros para Demus que hicieron laburar a Oyola, Lussenhoff y especialmente a Brasca. En uno de ellos, sucedería la jugada clave y polémica de la tarde: centro, el «Colorado» que falla, Demus se sorprende y no puede cabecear al gol, Brasca que sale rápido de contra para Rosales por izquierda, corrida, carga de Verón, falta y Pompei, que venía a 100 metros, marca el penal a instancia de su árbitro asistente. Tumulto, protestas, empujones y el «Memo» que lo cambia por gol.

Despúes llegarían las expulsiones y las tensiones a mil de un partido que fue dramático, de uñas comidas hasta el final.

Así ganó Talleres. Sin abundancia por la sequía de Cuevas pero con firmeza por la solvencia de Brasca. No lució, pero mostró un equilibrio que antes no tenía y una enjundia que le dieron absoluta legitimidad a su victoria.

Resumen

TALLERES 2 / 1 ALTE. BROWN

Goles: PT 28m. Díaz (AB), 37m. Rosales (T). ST 19m. Borghello, de penal (T).
Cambios: 20m. Quiroga por Viveros (T) y Tosi por Díaz (AB); 32m. Maidana por Oyola (T); 35m. Lovera por Verón (AB); 39m. Marischi por Pérez (AB) y 46m. Reyes por Borghello (T).
Amonestados: En Talleres: Torsiglieri, Buffarini y Lussenhoff. En Brown: Zabaleta, Escudero y Lobera.
Expulsados: ST 22m. Deláguila (AB); 31m. Oyola (T) y 38m. Basualdo (AB).
Cancha: Talleres.
Arbitro: Juan P. Pompei.