Talleres venció a Brown y sumó los nueve puntos que jugó desde la reinauguración de su cancha.

Hoy se cumple un mes de la reinauguración de la Boutique de barrio Jardín, que bien se lo podría denominar como “el mes de la felicidad” para Talleres. No sólo porque el pueblo albiazul volvió a ver a su equipo en el escenario de la avenida Riccheri, sino porque el equipo salió del abismo en el que había caído cuando entró en zona de descenso directo y hasta quedó en una posición expectante para luchar por los primeros puestos.

En 31 días, la “T” ganó cuatro partidos y tuvo un traspié –en su visita al puntero San Martín– con el agregado de que se ha logrado fortalecer jugando en casa, ya que salió victorioso ante Quilmes, Nueva Chicago y Brown.

“Estamos haciendo una especie de fortín”, dijo ayer Iván Borghello, el goleador de la “T”, quien ayer marcó el 2-1 frente a la Fragata al convertir un polémico penal (ver página 3). “Es importante que cada vez que jugamos acá los rivales sientan que la van a tener que luchar mucho. Estamos siendo muy aguerridos”, agregó “Memo”.

La confianza de los jugadores va de la mano con el sentimiento de los hinchas, que igual sufren de lo lindo. “Me va a dar un infarto”, exageraba ayer un señor luego de la tensión sufrida contra Brown; aunque una muestra de que la parcialidad albiazul cree en la mística de la Boutique se reflejaba al término del angustioso triunfo 1-0 sobre Nueva Chicago, por la 28ª fecha. “Esta cancha es mágica. En el Chateau, este partido no se ganaba”, decía un hincha albiazul luego de aquel gol en contra.

En “el mes de la felicidad”, la “T” también consiguió salir de la zona de reválida, al encadenar su tercer triunfo consecutivo (Nueva Chicago, Defensa y Justicia y Almirante Brown), seguidilla que consiguió por primera vez en el campeonato.

Y si de sumar ilusiones se trata, lo hecho por el equipo de Ángel David Comizzo parece no tener límites, ya que la escalada de la “T” le permite soñar con objetivos que hasta hace poco parecían utópicos. Con los resultados registrados ayer, Talleres se situó a dos puntos de Quilmes, que marcha cuarto y hoy jugaría una promoción para ascender a Primera División. Además, el fixture indica que la “T” aún debe enfrentar a equipos que ocupan el pelotón intermedio, como Unión, Atlético de Rafaela y Chacarita (visita al Funebrero el jueves a las 21.10).

Sin exitismo. Más allá de la expectativa y la euforia que invade a los hinchas, desde el propio plantel y el cuerpo técnico se encargaron de bajar los decibeles y no olvidar que la prioridad es la permanencia.

“Mi cabeza está en Chacarita. No podemos mirar más allá”, aseguró Comizzo en el camarín.

“Se miran las tablas para arriba y para abajo, pero vamos partido a partido”, opinó Federico Lussenhoff. “El Colorado”, quien fue una de las figuras y recibió su primera ovación luego de su corajeada en la jugada del 1-1, afirmó: “Estoy muy agradecido por el cariño de la gente. Cuando las cosas no salían, vino a apoyar. Estaba ansiosa por ganar, pero llenaba la cancha”.

En tanto, el lateral Mauro Algecira señaló: “La idea es escaparnos de abajo, pero si los resultados de los demás equipos nos acompañan y podemos luchar arriba, bienvenido sea”.

En el mismo sentido se expresó Borghello: “Cuando estemos salvados, si Dios quiere, nos vamos a poner a pensar en otra cosa. Estamos muy contentos. Este triunfo nos da mucha tranquilidad y fuerza para seguir luchando”.